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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



5 de abril de 2015

LOS ÁNGELES CANTAN UN CONTINUO ALELUYA PORQUE MORÍ Y RESUCITÉ Y OS TRAJE LA SALVACIÓN



Hijos Míos, gran día es hoy Viernes Santo en que Yo, Jesús, de Nazaret padecí por vosotros y he consumado la Redención que desde siglos estaba anunciada. Yo, Jesús, os hablo.

Cielos y  Tierra se  alegran y se conmueven  ante la inmensidad de Mi amor  infinito, y los  Ángeles cantan un continuo Aleluya  porque  Yo, Jesús, morí y resucité y  os  traje a  todos  la  salvación. Qué  dolor  tan inmenso  es para  Mí y los  bienaventurados  ver  que a  multitud  de almas no aprovecharan Mis sufrimientos, ni el  derramamiento  de Mi Preciosísima Sangre.  Quien no se salva es   porque  no  quiere  y rechaza una y otra vez los toques de Mi gracia.
 
Esto hijos es muy  doloroso, porque Yo por cada uno volvería a morir, pero cuando no quieren nada Conmigo y reniegan de Mí y Me escupen blasfemias, risas y burlas es para Mí peor que cuando Me lo hicieron en Mi dolorosa Pasión, porque ya han pasado siglos para creer y comprobar que Yo fui el Hijo de Dios que vine a salvaros de la muerte eterna. ¡Con cuánto amor lo hice! Mi Madre dolorosa al pie de la Cruz, soportando todas las ignominias que Me hicieron y todos los tormentos que Me proporcionaban. Ella sufrió lo que no podéis imaginar, sólo en la otra vida sabréis con exactitud el alcance de sus dolores. Yo, Jesús, os hablo.  

Hijos, tratad de vivir una vida cristiana de servicio a los demás y de culto a Dios, porque la vida avanza a pasos agigantados y lo que no hagáis mientras vivís de bueno ya no lo podréis hacer nunca más. Que se llenen vuestras alforjas de obras de amor que os avalen en la hora del juicio y Yo Me olvidaré de vuestros pecados si amáis de corazón a Dios y al prójimo. Yo, Jesús, os hablo.  

Que la Semana Santa sea para vosotros un medio para reconvertiros y comprometeros más con una vida cristiana, y lleguéis al final de vuestros días con el alma y la conciencia en gracia de Dios. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.  Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.